Terminan las obras del Colegio Mayor Francisco de Sande, en la Casa de Pereros, de la Diputación de Cáceres
Cáceres.- La presidenta de la Diputación de Cáceres, Charo Cordero, y el rector de la Universidad de Extremadura, Antonio Hidalgo, acompañado por el diputado de Infraestructuras Territoriales Inteligentes y Movilidad, L. Fernando García Nicolás, han visitado las obras ya concluidas del edificio Casa Pereros, en el casco histórico de la capital cacereña, que va a acoger de nuevo el Colegio Mayor Francisco de Sande.
En la visita han estado también presentes los tres vicepresidentes de la Diputación, Carlos Carlos, Alfonso Beltrán e Isabel Ruíz Correyero, y por el diputado de Cultura y Deportes, Fernando Grande Cano, quienes han podido recorrer las distintas estancias del edificio, que cuenta ahora con una capacidad de 70 plazas, y con espacios como gimnasio, salón de actos y otras zonas comunes.
Con estas obras, ha manifestado la presidenta Charo Cordero, “se cumple uno de los compromisos y de las ilusiones de este Equipo de Gobierno y de esta presidenta”. A ellas se han destinado 3.910.000 euros, con lo que la Diputación vuelve a poner en marcha, tal como se había comprometido Charo Cordero, este Colegio Mayor que, “además de acoger estudiantes, tendrá otros destinos muy interesantes para Cáceres ciudad y provincia, como es el intercambio entre universidades, tanto de profesores como de alumnos y alumnas, o el denominado turismo idiomático”.
Eso sí, debido a la crisis sanitaria que se esta viviendo, Cordero ha apuntado que los calendarios de apertura habrán de adaptarse a la misma, por lo que se prevé que el Colegio Mayor se abra para el curso universitario 2021/2022, aunque se espera que antes, en el verano de 2021, se pueda ya acoger algún curso de verano o algún intercambio.
Por su parte, el rector de la Universidad ha manifestado su satisfacción por el compromiso y la coordinación entre ambas instituciones, y ha incidido en la necesidad de “seguir trabajando conjuntamente para conseguir que esto tenga un beneficio y una utilidad”, y ha insistido en que, “además de los residentes que haya durante el curso universitario como Colegio Mayor, el resto de tiempo estas preciosas instalaciones estarán disponibles para otras actividades, como sede para cursos de verano o intercambio idiomático”.
El nuevo Francisco de Sande
La actuación ha supuesto un remodelación integral del interior del edificio, variando la configuración de espacios pero respetando los elementos de mayor valor arquitectónico, como puede ser el claustro renacentista o la monumental escalera que comunica los distintos niveles del claustro. Exteriormente, se ha puesto en valor el lienzo de la muralla almohade, despojándolo de elementos adosados. Además, el patio central se ha transformado en una zona estancial.
Las 70 plazas con que cuenta el edificio se distribuyen en habitaciones de uso individual con baño propio, la mayor parte de ellas, y otras dobles, tipo apartamento. Se cuenta también con habitaciones adaptadas a personas con movilidad reducida.
Por otra parte, el salón de actos, que ha sido también rehabilitado, quitando el forjado que tenía para mostrar lo que fue la antigua capilla, estará disponible de personas o instituciones que quieran realizar conferencias u otros encuentros.
Además, el nuevo edificio es un edifico de bajo consumo, con equipos de alta eficiencia en climatización, ventilación e iluminación, gestión domótica de las instalaciones para optimizar su funcionamiento y minimizar el consumo de agua.
Del mismo modo, se trata de un edificio inteligente con sistemas domóticos integrados de control y seguridad, y con servicio de voz y datos a los residentes de alta capacidad tanto por cable como inalámbrica.
También es un edificio de bajo coste de funcionamiento, no solo en el campo energético sino en lo relativo a gestión y personal.
Un poco de historia
La Casa de Pereros, desde su adquisición por parte de la Diputación de Cáceres a principios del siglo XX, y hasta los años 80, estuvo destinada a colegio de huérfanas: Colegio de la Inmaculada. En los años 80 se abordó la reforma de la estructura habitacional del colegio, que acogía a niñas de entre 8 y 18 años, pasando de una estructura impersonal de grandes habitaciones colectivas a la estructura de núcleos de hasta 10 plazas con una zona de estar y baños comunes, que trataba de asemejarse más a las condiciones de vida en una familia. Así, se generaron nueve núcleos habitacionales distribuidos entre las plantas baja, primera y segunda.
Por último, el edificio se transformó en colegio mayor sin ninguna transformación de su estructura de orfanato moderno, provocando que los últimos años su configuración a base de habitaciones compartidas y baños colectivos quedara obsoleta.